==Consciencia y memoria==

La consciencia genera juicios y emociones alrededor de los valores

La consciencia, el faro moral de la conducta individual, es un misterio extraordinario aún no comprendido que reside en el cerebro como una especie de memoria diferente y enigmática, y es parte integral del sentido de identidad. La consciencia es, además, el proceso mental que conduce a la generación de los razonamientos y las emociones alrededor de nuestros actos, y que han de convertirse en las directrices del comportamiento. Los neurocientíficos, a pesar de los progresos asombrosos logrados a la fecha, aún desconocen (1) la manera cómo opera la consciencia y (2) la forma cómo surgió en la evolución.  

El cerebro, el cuarto de control, es una especie de orquesta sin director, en la que suenan distintos instrumentos -la corteza, el hipotálamo, el cerebelo, la amígdala…- tocados, con partituras diferentes,por numerosos músicos no identificados ni comprendidos. ¿Dónde en la cabeza se encuentra la consciencia? La falta de claridad sobre la naturaleza y el funcionamiento de tan maravilloso prodigio ha conducido a desacuerdos notables sobre su operación y su localización exacta, más allá del alcance de esta nota. 

Según la Declaración de Cambridge sobre la Consciencia del año 2012, esta capacidad, con variables grados de desarrollo, existe también en otras especies, incluyendo los mamíferos, las aves y… los pulpos; estos últimos, de manera sorprendente, “poseen sustratos neurológicos lo suficientemente complejos para sustentar experiencias de tal facultad”.

En contraposición, el software (los programas de computador) y el hardware (los equipos), con los espectaculares desarrollos de la inteligencia artificial en el tercer milenio, podrían considerarse ‘entidades pensantes’ pero, como no se dan cuenta de que están pensando, ni del software ni del hardware puede decirse que tienen consciencia.

Los grandes computadores son súper-calculadoras con macro bibliotecas de millones de micro libros… pero, a pesar de sus portentosas facultades, tales maravillas tecnológicas carecen de consciencia. Si estos equipos supieran que están calculando, comparando y sacando conclusiones, podría especularse que son conscientes… pero estos portentos técnicos no tienen noción alguna de lo que están haciendo… a pesar de sus impresionantes memorias y velocidades.

Los humanos sabemos bien cuando estamos pensando -bastaría con auto observarnos-, así nuestras divagaciones sean absurdas o erradas; la consciencia, como proceso cognitivo, genera juicios, emociones y asociaciones alrededor de los valores de la entidad pensante, y sigue siendo un misterio extraordinario, todavía no comprendido por el mundo académico ni emulado por la tecnología.

El doctor Giulio Tononi sugiere que podemos identificar el grado de consciencia de una persona (o de un animal) a partir del nivel de “integración de información” en su cerebro (o en un equipo). Según su teoría, cuanta más información se comparta y procese entre sus muchos componentes para contribuir a la experiencia, mayor es el nivel de consciencia.

A partir de estos axiomas, el neurocientífico italiano considera que podemos ‘evaluar’ la consciencia de una persona (también la de un animal), a partir del nivel de ‘integración de información’ que sea posible en el cerebro de la persona (o del animal) o en la CPU del computador. Según esta teoría, mientras más información se comparta y procese entre muchos componentes diferentes para contribuir a una única experiencia, mayor será el nivel de consciencia.

En el mundo contemporáneo la moral gira alrededor de la dignidad misma del ser humano y tiende pues a volverse terrenal bajo la dirección de su consciencia… con la inevitable influencia de los grupos o colectividades (religiosos, políticos, sociales…) a los que pertenece. La relación íntima entre consciencia y memoria explica la inseguridad y el desasosiego de los ciudadanos mayores cuando los recuerdos y los datos comienzan a escapársenos. Ante esta ‘amenaza’ de silencio mental involuntario, los temores a castigos metafísicos o las búsquedas de paraísos premiadores de buenas conductas están pues pasando a un segundo plano, a velocidades muy variables… que dependen de cada cultura y de los principios que rijan o den las pautas individuales de comportamiento.

Compartir

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *