La posibilidad de que ‘conversemos’ con extraterrestres es ‘territorio’ de la ciencia ficción
La probabilidad de que existan seres racionales en otro lugar del universo distinto de la Tierra es alta -nada puede llevarnos a creer que somos exclusivos. Sin embargo, la posibilidad de que alguien ‘por allá’ reciba señales electrónicas que mandemos al espacio sideral o de que nosotros ‘captemos’ las de seres de otros planetas, si ellos las enviaran, es baja.
Yendo más lejos, la perspectiva de que, en algún momento, ‘conversemos’ con extraterrestres es ‘territorio’ de la ciencia ficción. Y la realización de visitas a civilizaciones en otros mundos ‘es, ‘a corto plazo’, un sueño ilusorio. ¿Ocurrirá en un futuro, cercano o lejano? Quizás deseable, pero improbable.
En todos los campos del conocimiento, hoy sabemos mucho -muchísimo- más que unas pocas décadas atrás. La Vía Láctea, nuestra galaxia, tiene numerosos exoplanetas (planetas girando alrededor de sus correspondiente soles), unos cuantos de los cuales han de tener tamaños y características similares a la Tierra… con probabilidades altas de que pudieran albergar ‘seres similares’ a nosotros.
La vida aquí en la Tierra tiene una estructura basada en el elemento carbono… pero existe la posibilidad de otras formas de vida, alrededor de otros elementos, siendo el silicio el de más frecuente referencia en las especulaciones. Este servidor considera que, en otros sitios del universo, deben existir tanto seres vivos como seres racionales, similares a nosotros.
Quizás algún día ‘los de por allá’ reciban mensajes de nosotros (o viceversa) que, seguramente, podrán (o podremos) descifrar, de la misma forma como algunos genios de la lingüística han logrado interpretar escritos de hace seis milenos en idiomas desconocidos… Pero, entre las notas nuestras y las respuestas intergalácticos transcurrirán décadas, siglos… cuando no milenios.
A tan parsimonioso ‘intercambio’ de notas, por supuesto, no podríamos considerarlo ‘conversación’. Conversar es el tráfico informal casi inmediato de información, datos, puntos de vista, inquietudes… Antes del telégrafo y el avión, los correos -las cartas físicas- tardaban semanas o meses. La tecnología de información redujo los tiempos de pregunta-a-respuesta casi a cero y la mensajería electrónica nos permite hoy, para propósitos prácticos, respuestas instantáneas.
Los desarrollos -las tecnologías- para eventualmente emprender viajes a otras galaxias, cuya duración está demasiado más allá de la duración promedia de la vida de los humanos y, en consecuencia, estos deseos pertenecen al dominio de la ciencia ficción… Así los veamos en las películas y los leamos en los libros futuristas.
En la eventualidad de una gran catástrofe descomunal en la Tierra -una guerra nuclear devastadora, el choque con un asteroide de tamaño considerable- y suponiendo que unos cuantos humanos decidieran y pudieran trasladarse a Marte, ¿sobreviviría este grupo de terrícolas y aseguraría allá la conservación de la especie?
¡Definitivamente no! La superficie de Marte no es habitable… su atmósfera tiene un nivel bajísimo de oxígeno (0.16%). ¿Viajarían algunos los humanos más allá de sistema solar en búsqueda de un sitio amigable? Tampoco: Pasar la órbita de Neptuno le tomó al Voyager 2 más de doce años… la sexta parte de la duración aproximada de la vida humana actual.
Para efectos comparativos, el viaje de Fernando de Magallanes alrededor de la Tierra a comienzos del siglo XVI tardó casi tres años… en cinco barcos (la mayoría de los cuales naufragaron) con varias escalas y numerosos tripulantes. Una nave interplanetaria no tendría ningún sitio claro hacia donde dirigirse y posibilidades nulas de ‘puertos intermedios’ de aprovisionamiento.
En resumen, nunca ‘conversaremos’ con extraterrestres… Con la ciencia ficción, seguiremos entreteniéndonos muchísimo y continuaremos, esto sí, enviando señales al más allá para ver si alguien nos contesta, así como atentos, por si alguien nos ‘llama’. Sin duda alguna, estas dos expectativas son muchísimo menos costosas que el lanzamiento de nuevos ‘voyagers’… A la fecha, y después de casi medio siglo, el Voyager 2, hoy a una distancia gigantesca, está apenas comenzando su viaje por la eternidad.
Bogotá , mayo 22, 2022