Historia y prehistoria

Historia es el registro cronológico y analítico de los hechos significativos de una nación o un grupo humano, a lo largo del tiempo, incluyendo opcionalmente un análisis de sus causas y de su relación con otros grupos. La palabra registro es clave pues, por definición, la historia comienza con la invención de la escritura como herramienta esencial. Prehistoria, por su parte, es el estudio de lo que ocurrió o pudo haber ocurrido antes de tan importante progreso.
La historia comienza con los documentos conocidos más remotos que datan de los finales del tercer milenio a.C. y que fueron escritos en sumerio, un lenguaje del sur de la Mesopotamia asiática, que sobrevivió solo por unos pocos siglos y desapareció por el reducido número de personas que lo hablaban y que se vieron obligadas a comunicarse en otros idiomas.
Todos los humanos recién nacidos balbuceamos y lloramos, porque nuestra mente infantil e inofensiva carece de temas o vocablos para conversar. Con similar demora, midiendo el tiempo en siglos en vez de meses, así también ‘debieron comenzar a hablar’, lentísimamente, nuestros antepasados más remotos, cuando apenas estaban inventándose sílabas y palabras, y muchísimo antes de ser capaces de construir frases. Pero una vez ‘crecidas’, personas y sociedades por igual, el número de los términos a utilizar creció aceleradamente.
La capacidad anatómica de los humanos para proferir chillidos, gemidos o monosílabos es anterior en milenios a la aparición de los idiomas formales y, por supuesto, a la invención de la escritura. Es necesario resaltar que, en el larguísimo camino de la evolución, los humanos desarrollamos la ‘habilidad orgánica’ de susurrar buh’s y mah’s muchísimo antes de madurar y utilizar entonces la aún más extraordinaria facultad de razonar.
¿Por qué fue tan parsimonioso y pausado este proceso? Por la descomunal complejidad que finalmente alcanzó a medida que progresaba. La evolución para llegar a tan sobresaliente logro tomó centenares de milenios y, en ese larguísimo trayecto, desarrollamos también nuestra distintiva habilidad para comunicarnos verbalmente, centenas de milenios antes de nuestra capacidad de estudiar y razonar que, comparativamente, es bastante reciente.
Antes del desarrollo de la escritura, la evolución de los idiomas no dejó pista alguna de los cambios y evoluciones naturales que debieron suceder. ¿Por qué desapareció el idioma sumerio? No hay claridad sobre este punto; es posible que la población que lo hablaba se mezclara con otras culturas o se disminuyera hasta extinguirse por el aumento numérico de quienes hablaban otras lenguas, escenarios estos considerados normales en la historia de los lenguajes.
Historia es el estudio y la documentación de los eventos pasados; prehistoria es el súper-larguísimo período entre la aparición por evolución de los primeros humanos, hace unos dos millones de años, y la invención de la escritura por los sumerios. Este extraordinario desarrollo ocurrió en Mesopotamia hacia el 1200 a. C. Sin fecha exacta, alrededor de ese año comienza ‘oficialmente’ la historia.
No hay pistas precisas acerca de cuándo -entre hace 50000 y 150000 años- o dónde, quizás simultáneamente en varios sitios, los humanos comenzamos a modular palabras que complementarían las señas y reemplazarían los gruñidos. Tampoco hay idea alguna de cómo sonaba la jerigonza inicial, apenas de unas cuantas interjecciones y muy pocas palabras. Las especulaciones que se hagan en este campo pertenecen al dominio de la prehistoria, período este que terminó con el desarrollo de la escritura, en algún lugar del Asia, unos cinco milenios atrás.
Resulta imposible elucubrar cómo fue el primer idioma o cuáles fueron las primeras palabras; quizás varias jerigonzas pudieron ser ‘idiomas iniciales’ en diversas regiones. Y, sin orden alguno, el número de jergas y dialectos debió crecer lenta, pero ‘desordenadamente’.
Los lingüistas estiman que, a lo largo de la historia, han existido unos 31.000 idiomas; de acuerdo con el ‘censo’ actual, hoy subsisten unos siete mil. La mitad de estos son hablados por menos de cien mil personas y, sin acciones que sostengan su enseñanza y divulgación, la mayoría podría desaparecer en el siglo XXI… Ya en este tercer milenio, nadie habla sumerio…

Bogotá, noviembre 9, 2022

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